Miércoles de Cuentos: Al Menos no estuve solo en el primer día de Universidad

La luz está encendida y el desayuno frente a mí, pero yo no me he despertado del todo, la idea de que en unas horas más estaré en mi primera clase en la Universidad Católica todavía no parece asentarse bien en mi cerebro.
Entro a la Casa Central, es igual a como me imaginé que sería en las mañanas: frío, gris y con un toque monacal. Llamo al Pato, mi ex compañero de curso, por celular. Él también quedó aquí, pero en la carrera de Medicina, mientras que yo en Periodismo. Al menos podré pasar el rato hasta las ocho, me dijeron que había una actividad de bienvenida.
Dormitando en el banco me empieza a dar frío. Pasados unos minutos alguien se sienta en el mismo banco que yo. Miro de reojo, es un joven que parece estar en segundo o tercer año, vuelvo a mi adormecimiento sin preocuparme mucho por él, hasta que me toca el hombro y me pregunta si soy novato. En ese preciso instante pensé que me iban a mechonear, que él estaba buscando a alguien para cuando todo comenzara.
La ducha caliente me despierta un poco, pero aún siento esta pesadez en los ojos. La polera y el jeans que me pongo son de los más viejos que tengo, tengo miedo de que me “mechoneen”, pero mis papás ya me dijeron qué hacer si llegaba a ocurrir algo, pedirle plata a mis tíos que trabajan en el centro. Son las siete y media, debo partir.
El Pato y yo conversamos por largo rato sobre distintos temas como dónde quedaron nuestros compañeros o de grupos que yo no conozco. Dan las ocho y lo acompaño hasta la entrada de el edificio de Medicina, él tiene su actividad ahora, en cambio, en mi facultad no se mueve ni una mosca. Tendré que esperar hasta mi primera clase, a las diez, para ver qué pasa. Me siento en un banco y me pongo a dormitar.
Respondo afirmativamente a la pregunta, no tengo nada qué ganar mintiendo. Luego, él me pregunta a qué hora tenemos clases y ¡Dios mío! Qué alivio. Le digo que yo a las diez, él me dice que también. Nos paramos del banco juntos al dar las diez. Al menos no estaré solo en la primera clase.

Por ser un bendito estúpido no puedo ponerles el cuento programado, pues no lo fui a buscar, así que aquí les dejo este fomecillo que tuve que hacer por obligación y por lo cual me saqué un 4.6, solo por estar desordenado. Hope you like it, pero creo que no.